Procesos

 

Técnica, Metodología y Procedimientos

Lo esencial

Lo primero y más importante es tener en cuenta que no se enseña Ajedrez para buscar nuevos talentos ni para profesionalizar o federar a los niños, tampoco se trata de atraerlos hacia los torneos. La esencia de la enseñanza de Ajedrez como herramienta educativa, es el desarrollo integral de los alumnos, el desarrollo de sus capacidades emocionales, cognitivas y sociales, al tiempo que se beneficia su resultado académico. Además dotar a los niños de un amor por el ocio productivo, añadiendo una actividad que podrán compartir con su familia y amigos y que les acompañará durante gran parte de su vida.

 
Actitud del monitor en clase
  • El monitor debe emocionarse con el Ajedrez para así poder transmitir ese entusiasmo a los niños.
  • El monitor debe conseguir que el alumno se sienta aceptado y que se reconozca su capacidad y su esfuerzo.
  • El monitor debe tener un estilo positivo, que destaca lo bueno del grupo y de cada alumno, señalando las virtudes y los progresos. La consigna sería “Pilladles haciendo algo bien y hacédselo saber” Debe ser muy cuidadoso con las críticas, y evitarlas cuando sea posible y si son necesarias, hacerlas en privado.

* Por tradición, los profesores suelen ser personas expertas en “descubrir defectos”. Lo hacen con buena voluntad: para que el alumno corrija sus errores y mejore. Pero así es fácil que se destruya la confianza del alumno, que acabe sintiéndose incapaz o poco valioso. Desanimarse es el camino más directo hacia el abandono. Es necesario cambiar este estilo de comunicación y destacar los aciertos.

  • El monitor debe adquirir un compromiso con sus alumnos, debe desear que estos aprendan, mejoren y se desarrollen. Debe preparar a los alumnos para desear seguir aprendiendo en el futuro.
  • Lograr un buen ambiente: hacer que se sientan útiles, que cooperen, repartir premios, mostrarse amistoso, interesarse por lo que hacen, que haya buen humor, crear vínculos, agradecer su ayuda, etc.
  • Una situación frecuente es que el profesor quiere “aprovechar bien el tiempo” y quiere que sus alumnos aprendan muchas cosas. Pero lo primero que se necesita es que los alumnos lo pasen bien. Como monitores, nos gusta conseguir que su juego mejore. Pero resulta que el progreso de los niños es a través del hecho de estar jugando.
  • Cada monitor tiene su propia forma de hacer y de ser en la clase, cada uno se sentirá cómodo con distintas formas de organizar las clase. Pero todas las semanas los alumnos deben contar con explicación de conceptos ajedrecísticos, diferentes actividades de retos propuestos, y juego libre supervisado con el resto de compañeros. Se debe utilizar estas variaciones para motivar a los alumnos durante el curso.
  • Cuando con el paso del curso, los alumnos vayan separándose naturalmente por niveles, edades o género, el monitor debe tratar de que convivan entre sí y preocuparse por la diversidad. Que los mayores entrenen a los menores, que las niñas jueguen contra los niños también y que formen equipos no homogéneos.
  • El jugar al Ajedrez por el simple hecho de jugar no es la actitud que CEMENA quiere de sus monitores. El juego debe ser el resultado de una clase, que el juego tenga relación con el tema tratado.
  • Cuando se hagan preguntas en clase, siempre hay alumnos mas rápidos en contestar y otros que necesitan mas tiempo para pensar. Se ha de dejar claro a los alumnos rápidos que sabemos que conocen la respuesta primero (con una mirada por ejemplo) y dejar espacio y tiempo para los más lentos.
  • Usar el material adecuado. No siempre el material indispensable para una clase son los tableros y piezas o el tablero mural. Jugar con el movimiento con los más pequeños, con el cuento y frases sencillas de recordar, con material audiovisual, con fotocopias de problemas y diagramas, con canciones, etc.
  • Poner normas que faciliten la vida del grupo. Durante las primeras sesiones hay que dedicar tiempo a dejar claro cómo vamos a hacer las cosas. Pocas normas, pero claras:
    • Todos somos compañeros, nos ayudamos y nos lo pasamos bien juntos. Nada de burlas. Mi rival, no es mi enemigo, es otro chico/a que viene a pasarlo bien jugando conmigo. Mi rival me ofrece una resistencia; si la supero, me supero a mí mismo; pero si pierdo, eso no quiere decir que sea más tonto; quiere decir que tengo que mejorar y  aprender más.
    • Debo tratar a mi rival con educación del mismo modo en que me gustaría que me tratasen a mi. Cuando acabemos, debemos de ser más amigos que antes. Es obligatorio darnos la mano antes de empezar y felicitarnos al finalizar.
  • Los monitores deben animar y generar un buen clima positivo. Moverse por la clase. No quedarse sentados en la mesa ni clavados al tablero mural. Desplazarse por la clase, dar explicaciones y hacer preguntas desde cualquier lugar. Esto obliga al alumno a estar más atento y previene problemas.
  • Elogiar y destacar los progresos. El chico o la persona que ve reconocidos sus esfuerzos, siente que su esfuerzo ha valido y lucha por seguir recibiendo más reconocimiento. Si un chico avanza dos pasos mientras los demás avanzan siete, esos dos pasos también son un avance y deben ser reconocidos.
 
Metodología
  • Clases de inicio: Se impartirán 15 sesiones por los monitor de CEMENA, con una duración de 25 minutos por clase.
  • Clases de seguimiento: Clases de 25 minutos por niveles.
  • Clases de entrenamiento: Se trabaja el Ajedrez de forma continuada.
  • Clases de preparación de torneos: Clases intensivas antes de los torneos en los que se estudian la forma de jugar del contrario. O prepararte si vas a jugar con blancas o con negras.
  • Clases de mejora: En estas clases se dan temas específicos como
    pueden ser las aperturas, medio juego o finales.

 

Material
  • Cada profesor de CEMENA debe disponer en el aula de la mitad de tableros y piezas que alumnos en el aula
  • Además debe llevar un Ajedrez de pared.
  • Debe contar con relojes y planillas para las partidas con notaciones y control de tiempo
  • Algunos colegios disponen de este material, pero la mayoría de los centros carecen de ellos.
  • Los monitores de CEMENA deben transportarlos por los distintos centros cada vez que imparten una clase, para ello cuentan con un estuche donde introducir el material.

 

Evaluaciones
  • Las evaluaciones de los alumnos en CEMENA siguen dos vertientes, por un lado una vertiente cuantitativa y por otro una cualitativa.
  • En la vertiente cuantitativa, se sigue una escala de aprendizajes en Ajedrez. Si un alumno es capaz de colocar las piezas en el tablero y se sabe los movimientos de cada una, se le pone en la categoría de peón blanco. Si sabe desarrollar una partida, será un peón negro, subirá en la escala a medida que aprenda a realizar ciertos mates, a anotar sus partidas, y será un rey negro cuando aprenda a usar la estrategia global
    para ganar una partida. Estos son hechos medibles y tangibles y de esta forma resulta muy útil para emparejar a los niños por niveles de aprendizaje, de manera que en un torneo, se junten a los peones con los peones, a los alfiles con los alfiles y a los reyes con los reyes. Cada niño posee un carnet sellado por su monitor que certifica su nivel.
  • La otra vertiente de evaluación es cualitativa, no depende de notas ni números, depende de la percepción de mejora de cada alumno con respecto a como comenzó el curso.

 

Reuniones y acuerdos
  • Durante los periodos escolares, se fijan las reuniones que tendrá el personal a lo largo del curso.
  • En las reuniones se fijan los horarios, la disponibilidad de cada monitor y los centros que debe cubrir cada uno.
  • Se dialoga sobre los problemas surgidos durante el desarrollo de la docencia.
  • Se dialoga con el staff de apoyo de CEMENA.

 

Experiencias

Cuando los monitores relatan sus experiencias, en muchos casos las conversaciones versan sobre la magia del Ajedrez. Los monitores de Ajedrez son siempre amantes de este emblemático juego, además como voluntarios en CEMENA, suelen tener una vocación profunda que les hace estar muy agradecidos de poder enseñar a los niños. Ellos hablan del Ajedrez, con mucha veneración y eso lo transmiten a los niños.
Cuando hablan sobre la magia del Ajedrez se refieren a ese poder transformador que produce en los niños usar el Ajedrez como herramienta educativa. Entre esas experiencias hay pequeñas historias que conmueven:

  • Los niños mejoran mucho con las primeras lecciones. Estos cambios producidos por tener nuevos objetivos son muy visibles sobre todo en aquellos alumnos que acusan mayores problemas. El profesorado percibe al alumno como más satisfecho con la escuela, con el profesor y consigo mismo.
  • Muchos padres y madres de los alumnos vienen a darle las gracias a los monitores de CEMENA por los cambios sustanciales en el comportamiento de sus hijos.
  • Profesores acostumbrados a relegar a los malos alumnos, ven como los monitores de CEMENA son capaces de sacar lo mejor de ellos y poner sobre estos alumnos ciertas dosis de responsabilidad para con la clase y ver como lo resuelven por encima de las expectativas que todos los demás habían puesto sobre ellos.
  • Pedagogos de muchos colegios, piden a sus directores que vuelvan a contratar los servicios de CEMENA o Alumnos que preguntan a sus profesores cuando vuelven los monitores de Ajedrez.
  • Alumnos de centros ocupacionales, en los que CEMENA ha estado dando clase durante años, narran en periódicos como el agarrarse al Ajedrez les salvó la vida y les devolvió parte de sus capacidades mentales y motoras. Recortes de periódico que los monitores de CEMENA guardan como un tesoro.
  • Niños tachados de gamberros por sus profesores, piden en el recreo tableros de Ajedrez, se les niega porque piensan que pegarán con el tablero a los otros niños y para sorpresa de los profesores estos alumnos díscolos se pasan semanas y meses tranquilos en el patio, jugando con muchos compañeros a los que siempre les dan la mano en cada partidas.